¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.

jueves, 29 de septiembre de 2011

SED




Tengo sed de amor,
de vida,
de respuestas,
¿quién las saciará?

Tengo sed de verdad,
de justicia,
y de evangelio,
¿en qué fuente podré beber?


Tengo sed de alegría,
de encuentro,
de humanidad
¿Dónde mana esa agua?


- Yo soy - dices


Tu palabra, tu historia, y tu espíritu, son la respuesta.



Extraído del audio, min 8:30 rezandovoy.org 29/09/2011
 
Todos tenemos sed alguna vez..., quizá de cosas diferentes, quizá de las mismas. Otras, es posible que incluso nosotros seamos un propio río que se ha secado de dar agua, y de algún modo también tiene sed, aunque creo que, un río siempre es río, por mucho que pueda secarse, y tarde o temprano, las aguas que corren en sus entrañas, bajo capas de tierra, vuelven a fluir por la superficie. Es su naturaleza, nuestra naturaleza de ríos, como un buen amigo me enseñó.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

En la brecha





Oh desgraciado, si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece;
haz como el árbol seco: Reverdece;
y como el germen enterrado: Late.

Resurge, alienta, grita, anda, combate,
vibra, ondula, retruena, resplandece…
Haz como el río con la lluvia: ¡Crece!
y como el mar contra la roca: ¡Bate !
De la tormenta al iracundo empuje,
no has de balar, como el cordero triste,
sino rugir, como la fiera ruge.

¡Levántate! ¡Revuélvete! ¡Resiste!
Haz como el toro acorralado: ¡Muge!
O como el toro que no muge: ¡Embiste!

José de Diego
 
¿Un sentimiento verdadero del corazón, ó 100 equivocadas razones de la cabeza?

martes, 27 de septiembre de 2011

DESAPRENDER LA GUERRA



Desaprender la guerra, realimentar la risa,
deshilachar los miedos, curarse las heridas.

Difuminar fronteras, rehuir de la codicia,
anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.

Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas,
indemnizar al alma, sumarse a la alegría.

Humanizar los credos, purificar la brisa,
adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, curarse las heridas.
Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias.
Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, sumarse a la alegría.
Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

 LUIS GUITARRA

lunes, 26 de septiembre de 2011

QUIEN TENGA MIEDO




Quien tenga miedo a andar,
que no se suelte de la mano de su madre;
quien tenga miedo a caer,
que permanezca sentado;
quien tenga miedo a escalar,
que siga en el refugio;
quien tenga miedo a equivocarse de camino,
que se quede en casa...
Pero quien haga todo eso
ya no podrá ser hombre,
porque lo propio del hombre es arriesgarse.
Podrá decir que ama, pero no sabe amar,
porque amar es ser capaz de arriesgar por otros.

Julián Ríos

jueves, 22 de septiembre de 2011

Gente




 
 
La gente que me gusta
[…]
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
[…]
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza, aquello que no sale del corazón.
[…]
Mario Benedetti.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

HOGAR





Puertas que se abren, y estoy en casa.
Mi gente,
brazos que envuelven,
manos que acarician éste rostro cansado,
palabras que cantan, acunan y aquietan,
miradas que esperan,
gestos de hogar,
risas sinceras.
Amigos, que secan las lágrimas con su presencia.
Calor que funde: penas de hielo, muros de ausencia, miedos de piedra
Descanso, aun no llegada.
Tú, que nos unes,
y después al camino de nuevo.
Un recuerdo vivo,
Indestructible presencia.
Más batallas, heridas nuevas.
Hay otros cansancios,
hay tormentas.
No hay derrota, porque hay puertas que se abren,
Y estoy en casa.


Lo escuché en el min 9. del rezandovoy.org de los jesuitas del día 16 de septiembre. Y es que unos somos hogar para algunos, y otros, pueden serlo para nosotros.