¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.

lunes, 7 de noviembre de 2011

ESPERARÉ






Esperaré a que crezca el árbol
y me de sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial
y me de agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.

Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.

Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda.

Pero vaciaré mi casa
de todo lo enquistado.

Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza.


Benjamín González Buelta, SJ


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