¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.

viernes, 24 de diciembre de 2010

NATIVIDAD



El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».



GRACÍAS POR TU

miércoles, 15 de diciembre de 2010

En una noche de sueños... de reyes...Navidad.





No era aquel caminar pausado, encogido en su abrigo, intentando ocultarse de miradas inquisidoras lo que hacía peculiar su presencia, casi etérea, en la grisacea tarde del frío invierno aquella víspera de reyes, ni tan siquiera esa nostálgica música que se tarareaba en su mente, esa melancolía que tintineaba en el alo que dejaba a su paso, sino su mirada febril, atormentada y pesusmbrosa que irradiaba una misteriosa atracción. Se mantenía inmóvil, fija en el vacío, en el infantil bullicio que se aglutinaba en las calles de una ciudad iluminada por sonrisas, regalos, compras, derroche… y algunos sueños... Una ciudad que ocultaba en gran parte, el verdadero sentido de la Navidad, todo lo accesorio lo hacía una época del año fascinante, que contribuía a su encanto, y conducía a un estado de alegría y buenas acciones constantes, pero que en ocasiones dejaba de lado el Centro.


Perdida, en medio de la nada, por momentos que a mí me parecieron horas... aislándome de los amigos de siempre que me acompañaban esa noche -y a los que ignoré por unos minutos- creí sentirme parte de esa figura, tal vez porque era la que cada uno lleva en sí mismo. En una noche mágica, en la que todo niño mantiene su sueño infantil de los reyes magos, bajo la mentirijilla del adulto -que intenta engañar al tiempo y regalarle unos minutos más de alegría a esa sonrisa tierna, que da el desconocimiento de la vida- le traerán sus peticiones bajo la promesa de un año cargado de buenas acciones. Esa mirada era una afirmación del conocimiento del despertar de la inocencia, del saber que el mundo no era aquella burbujita que le protegía a la corta edad que con el tiempo dejó de atrás, que esa noche podía iluminar los sueños de muchos, pero otros tantos no tenían siquiera derecho a soñar, que a la mañana siguiente incontables personas despertarían con regalos al lado de sus zapatos, junto al pesebre, o junto a aquel árbol con lucecitas que adornaba un rincón en su casa, pero otros tantos sentirían mayor felicidad porque ese día papá y mamá seguirían vivos, vivos a las enfermedades, a las de la sequía, el hambre, las catástrofes naturales... y las del hombre, y hoy podrían tomar una triste migaja de pan para desayunar; o felices acaso, porque esa Navidad, no la pasarían solos. Otros, en cambio, se levantarían lamentándose porque ese no era el color de la moto que querían conducir ese año, o la marca de televisión que había elegido, o con la videoconsola sus “incompetentes padres” no habían traído el juego ansiado...


Mientras, esas criaturillas, que esa mirada reconocía palmo a palmo aquella noche -en la cabalgata-, aun tenían la suerte de no ser conscientes de las realidades a las que esos reyes magos no podían hacer frente con su humilde deseo escrito en la carta de Navidad, no sabían que a pesar de su petición en ella, no podrían enfrentarse a las mentiras, las dobles caras y golpecitos en la espalda, los aduladores natos, los ricos que no comparten, los inútiles críticos, los poderosos e inconscientes gobernantes, el Prozac, la falta de esperanza, de fe, de ausencia de búsqueda de mejorarse cada día...


Su mirada escrutadora seguía en medio de la nada, viendo el caer de aquellos copos de nieve artificial, sobre los gorros que abrigaban las cabezas del público que asistía al espectáculo de carrozas, elefantes, camellos.... música, y lluvia de caramelos que hacía las delicias de grandes y chicos, mientras el aire frío, gélido se introducía jugueteando por su pelo, y se colocaba aquellos guantes de colores que le regalaron años atrás y que daban un nota de viveza a la figura grave, reservada tal vez, aquel 5 de enero, con un libro a medio leer en su mano derecha.


Una niñita de apenas 4 años tira a su padre de la bufanda que le cuelga al paso del rey Melchor, este lanza un caramelo, y parece dirigido especialmente para ella, y, al ver en sus relucientes y limpios ojos como los inunda la alegría, aquel rostro de mirada penetrante esboza una leve sonrisa, casi imperceptible, que la anima a tararear el villancico por el hilo musical oculto en el ramaje de los árboles, y que le aleja de los turbios pesares, y le devuelve a esa noche de fantasía que todos deberían tener derecho a poseer al menos una vez en la vida, fechas entrañables que adora, y le infunden oxígeno al corazón, pero que siempre le provocan sabor agridulce y, le hace saltar lágrimas en los ojos, … le pide a la noche que tarden en crecer.... quizá le recuerdan a ella...Y en la profundidad de su mirada, se atisba un flirteo en el abismo de la tristeza...

martes, 23 de noviembre de 2010

JESÚS CABELLO



La entrada de hoy va a un chaval estupendo que conocí gracias a mi amigo Ángel. Es un cantautor maravilloso, y yo no podría definirlo mejor de lo que se define él en su web:

"Cantante, guitarrista y compositor. Profesor en contacto con la temperamental vida de los adolescentes. Hijo y hermano, testigo de la Gracia derramada dentro de la familia. Esposo de una mujer maravillosa. Pero sobre todo, cristiano; consciente y convencido de que Dios camina a nuestro lado. Me reconozco un privilegiado en esta vida. No puedo más que compartirla contigo"
http://www.jesuscabello.es/


Os invito a escuchar sus canciones, oración, melancolía, silencio enamorado... todas fantásticas, por las fehcas a las que nos aproximamos os dejo una de ellas, Navidad.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Y HOY, HABLARÉ DE TI, DE UN ABRAZO, DE UN AMIGO.


Y es que, hoy es un día de esos en que necesito un abrazo, lo llevo necesitando desde hace ya unos días, el abrazo de un amigo, ese sincero y cálido que te agarrota el alma y te hace un nudo en el estómago, ese que hace que se pare el tiempo y te abstrae de todo, de tu alrededor, de tus tristezas, de tus pensamientos, de tus prisas, de tus miedos, incluso de ti misma… Uno de esos que se clavan en el corazón y se graban en la memoria, que te emociona, o tal vez te calma y serena, te alivia, un abrazo  único, de los que se dan en pocas ocasiones y con un sentimiento especial, entre dulce y tierno, entre protector y reconfortante, un abrazo de los que tienes que pedir, o de que leen en tus ojos que deseas recibir. 

Por eso hoy, me acuerdo de los mejores abrazos que he recibido en mis 25 años, tienen nombre y apellidos, y se han producido en distintas épocas de mi vida, algunos los he tenido de valientes en la materia sin miedo a mostrar su calidez en momentos muy clave, otros de expertas en demostrarte lo importante que eres en su vida y lo mucho que te quieren, y los últimos de un inexperto amigo que a base de pedírselos ha aprendido a darlos por fin con todo el corazón y algunos serán inolvidables…me hacen sonreir y hoy necesito uno de esos...

"Un amigo es más que un terapeuta o un confesor,
aun cuando un amigo pueda a veces curarnos
y ofrecernos el perdón de Dios.
Un amigo es esa otra persona con la cual podemos compartir nuestra soledad,
nuestro silencio y nuestra oración.
Un amigo es esa otra persona con quien podemos mirar un árbol y decir: 'Mira, ¡qué hermoso es!', o sentarnos en la playa y mirar como cae el sol.
Con un amigo no tenemos que decir ni hacer nada especial.
Con un amigo podemos permanecer en silencio y saber que Dios está allí, con los dos". 

Henri Nouwen. El Amigo. Palabras con Henri Nouwen

LA AMISTAD


Y un adolescente, dijo:

Háblanos de la amistad.

Y él respondió, diciendo:

Vuestro amigo es a la medida de vuestras necesidades. Él es el campo que sembrais con cariño y cosechais con agradecimiento. Es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Pues vais a él con vuestro hambre y lo buscais en procura de paz.

Cuando vuestro amigo manifiesta su pensamiento, no teméis el "no" de vuestra propia opinión, ni ocultáis el "sí". Y cuando él se calla, vuestro corazón continúa escuchando a su corazón. Porque en la amistad, todos los deseos, ideas y esperanzas, nacen y son compartidas sin palabras, en una alegría silenciosa.

Cuando os separéis de vuestro amigo, no os aflijáis. Pues lo que amáis en él, puede tornarse más claro en su ausencia, como para el alpinista aparece la montaña más clara, vista desde la planicie. 

Y que no haya otra finalidad en la amistad que no sea la maduración del espíritu. Pues el amor que procura otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio, no es amor, sino una red tendida, y sólo lo inútil será en ella atrapado.

Y que lo mejor de vosotros mismos sea para vuestro amigo. Si él debe conocer el flujo de vuestra marea, que conozca también su reflujo.

Pues, ¿qué será de vuestro amigo si sólo le buscáis para matar el tiempo? Buscadle siempre para las horas vivas. Pues el papel del amigo es el de henchir vuestras necesidades, y no vuestro vacío.


Y en la dulzura de la amistad, que haya risa y compartir de placeres. Pues en el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su amanecer y halla su frescor.

Kahlil Gibran. El profeta.

lunes, 18 de octubre de 2010

La familia no tiene un papel subsidiario





La familia es una unidad de vida interna con valores inalienables, parece que últimamente hablar de valores es como hablar de verdades vacías. Resulta curioso como hemos llegado a una fase tan importante y colmada en el terreno del desarrollo social que sin embargo no se corresponde con el moral o ético. Dichos pilares de cualquier sociedad deben fraguarse en la familia, pero ésta se encuentra acosada y desamparada a la hora de fomentarlos. El Estado debe actuar de forma subsidiaria, pero parece querer incluir su propia dogmática, y se hace otorgar el título de guardián poniendo en cuestionamiento la institución con más arraigo, o al menos privándola de derechos, es difícil encuadrar a la familia pero no se puede prescindir de ella dejando crecer árboles sin raíces.

Incontables padres aceptan un papel secundario haciendo dejación de una paternidad responsable, olvidando que son ellos los principales educadores de sus hijos, y el resto de instituciones lo son de forma auxiliar. La identidad personal nace en casa, con una ética y convicciones, inculcadas en el seno familiar. No pretendo dramatizar, pero vivimos una crisis insostenible, donde debe esclarecerse sin lugar a grietas, sin lugar no a luagunas, sino a mares enteros, que los mayores pedagogos SON LOS PADRES, son ellos, los principales encargados de educar el intelecto y la moral, de forjar la personalidad del niño, para convertirlo en un adulto de loables valores.

 ¿Será que no se cree en la familia por lo que hay pocos ofrecimientos para ella?. Ignoran que ésta es escuela de humanidad, cátedra donde se aprende a vivir como personas, lo que ayuda a entender el sentido de la vida, y comprender la responsabilidad y capacidad para el amor, para sí, y con los demás.

Estamos condenados a un futuro de miseria y empobrecimiento personal, abocados al fracaso, si no criamos a los hijos desde la búsqueda de virtudes que les engrandezcan como personas, pero esa labor no nace únicamente en leyes, proclamas del Estado, ni en las escuelas, ni en los medios de comunicación -obviamente ahí es donde menos nacen-, sino que brota, germina, en la familia, no es cuestión de nuevas leyes, o nuevas asignaturas que sobrepasan las competencias de la escuela, sino de un cambio integral de la persona, hacer de una correcta educación no en un ámbito de la vida, sino un MODELO DE VIDA, ésto se desarrolla en una educación con conocimiento de causa, con implicación absoluta, dejando de prestar tanta atención por parte del Estado a la galería, al prestigio social, y no, a lo que en realidad importa, la persona, el individuo, el adulto en potencia.

Hay chavales, hijos de la nueva generación verdaderamente maravillosos, yo creó en lo que está por venir, quiero creer, pero también algunos chavales, dictadores del hogar, en su tiranía, en su falta de escrúpulos que forman el día a día de muchos adolescentes pasa por unos cimientos de corcho, suelos de papel y paredes de paja; y por menosprecio de las funciones paternas, bien por decisión de los progenitores, bien por vejación de su labor en pro de una mayor inclusión estatal. Ni autócratas que eduquen a base de bofetadas, ni progresismo mal entendido, que permita pasar de la libertad al libertinaje, sino un ejercicio de educación desde la convicción sana, la labor de padre, desde el cariño y la firmeza, desde la ternura del beso y el abrazo, a la regañina a tiempo, impidiendo que el Estado socave funciones que no son de su incumbencia y reclamando protección a una institución de la que todos somos miembros.


viernes, 15 de octubre de 2010

RESCATANDO UNA ESTRELLA DE MAR



Encontré esta historia en una web, mientras navegaba buscando una dinámica para los chavales de un grupo con el que colaboro, me pareció bonita, así que para vosotros:


Había una vez un sabio que solía ir a la playa a escribir. Tenía la costumbre de caminar por la playa antes de comenzar su trabajo. Un día, mientras caminaba junto al mar, observó una figura humana que se movía como un bailarín. Se sonrió al pensar en alguien bailando para saludar el día. Apresuró el paso, se acercó y vio que se trataba de un joven y que no bailaba, sino que se agachaba para recoger algo y suavemente lanzarlo al mar. A medida que se acercaba saludó:

- "Buen día, ¿Qué está haciendo?" -

El joven hizo una pausa, se dio vuelta y respondió:

- "Arrojo estrellas de mar al océano".

- "Supongo que debería preguntar ¿Por qué arrojas estrellas de mar al océano?", dijo el sabio.

El joven respondió:

- "Anoche la tormenta dejó miles de estrellas en la playa, hoy hay sol fuerte y la marea está bajando, si no las arrojo al mar, morirán".

- "Pero joven, replicó el sabio, no se da cuenta que hay cientos de kilómetros de playa y miles de estrellas de mar, ¿Realmente piensa que su esfuerzo tiene sentido?" -

El joven escuchó respetuosamente, luego se agachó, recogió otra estrella de mar, la arrojó al agua y luego le dijo:

- "Para aquélla, sí tuvo sentido".

La respuesta sorprendió al hombre. Se sintió molesto, no supo qué contestar y regresó a su cabaña a escribir.

Durante todo el día, mientras escribía, la imagen de aquel joven lo perseguía. Intentó ignorarlo, pero no pudo. Finalmente al caer la tarde se dio cuenta que a él, el científico, a él, el sabio, se le había escapado la naturaleza esencial de la acción de aquel joven. Él había elegido no ser un mero observador en el Universo y dejar que pasara ante sus ojos. Había decidido participar activamente y dejar su huella en él.

Se sintió avergonzado y esa noche se fue a dormir preocupado.

A la mañana siguiente se levantó sabiendo que debía hacer algo.

Se vistió, fue a la playa, encontró al joven y pasó el resto de la mañana arrojando estrellas de mar al océano.

... Nada puedo hacer para solucionar las penas del mundo, pero puedo hacer mucho para colaborar en el pedacito de mundo que me toca...


miércoles, 13 de octubre de 2010

FLECHAS AMARILLAS





Flechas amarillas, desde que leí esas dos palabras hará ya un año en el libro Peregrinar por dentro y por fuera. Guía interior para peregrinos y caminantes, de Rodríguez Olaizola, que me regaló un buen amigo, se quedaron grabadas en mi cabeza, en algún lugar muy al fondo, latentes, y no fue hasta que hace unos meses volví de Galicia, de hacer el Camino de Santiago, cuando empezaron a retintinear  en ella. Comencé a hacerme preguntas por los verdes y arduos montes Lugo, donde esas flechas señalaban la dirección que tomar, el sendero seguro, cada vez que veíamos una, la sensación de alivio que nos envolvía es difícil de explicar, demasiado intensa por esos momentos en los que caminábamos kilómetros sin advertirlas, a veces con la sola y débil luz de la linterna en mitad de la noche, una luz tenue que ni siquiera bastaba para no tropezar. Pero, esas flechas tenían un significado oculto, uno, más allá de decirte donde estaba el km 0, eran también la base de una reflexión que me abordaría en mi viaje.

¿Quiénes eran mis flechas amarillas en la vida?. Supe la respuesta a esa pregunta con una inmediatez que no albergaba dudas, sin embargo, la cuestión entonces era por qué. Tal vez lo son, porque como esas flechas, nos señalan el camino cuando hay una encrucijada en nuestra vida, porque si bien, en ocasiones, no tienen la respuesta correcta a nuestras preguntas, a nuestras dudas, a nuestras incertidumbres, aunque a veces ni siquiera tienen respuesta, siempre están ahí para escucharnos, para darnos pistas, para plantearnos la pregunta desde otra perspectiva, a veces simplemente para abrazarnos con toda su ternura. Cuando estamos cerca, nos envuelve un sosiego, una serenidad, una seguridad… , porque nos sentimos protegidos, simplemente compartiendo el silencio a su lado. Son personas que animan con su simple presencia, y que tirando de su experiencia en la vida nos ayudan a orientarnos, su reflexión tranquila a observar el horizonte con optimismo, con más luz de la que creíamos que tenía, a vislumbrar la senda correcta, quizá no la más rápida, quizá no la más fácil. Quizá incluso, pueden cometer errores en su orientación como flechas amarillas, que no están claras en el camino, pero al menos su referencia nos transmite calma, pues son una ayuda, fuente de paz y claridad. 

¿Qué tienen?, caminan paralelos a la utopía, porque la esperanza es su compañera de viaje, a veces, te regalan el que formes parte de su vida compartiendo sus propias tristezas y sus gozos. Irradian alegría a su paso, escuché una canción que hablaba de ellos, y era cierta su letra, pues algunos sacan lo mejor de sí en la tierra, porque viven con su mirada puesta en el cielo. Nos causan admiración por como son, por como sienten, por lo que desprenden, porque intentan encontrar lo mejor en los demás, dando igualmente lo mejor. Quizá puedan fallar en ocasiones, como he dicho, son humanos, por tanto imperfectos, pero, son dueños de una luz interior, que te hace saber que Dios les cuida, por ello, debemos darle gracias por haberlos cruzado en nuestro camino. Son esas personas, con una dulzura en su forma de mirarte que acompañan con una leve y casi imperceptible sonrisa, con la que sabes sentirte comprendida, con la que la certeza de que eres importante para esa otra persona que se preocupa por ti, te hincha el pecho, y te hace en un suspiro soltar el aire que aprisionan tus pulmones.

Acaso, su labor ni siquiera es marcar la ruta, sino quizá solo es eso, saber que están ahí, para ti, porque aunque los tape algún matorral, aunque no se dejen ver en kilómetros,… están. Y es que, a veces, agobiados, golpeamos una piedra con nuestros torpes y cansados pies, y viene a chocar en ellas, porque somos así de brutos, y no nos damos cuenta de que las podemos desconchar un poco. Es entonces, cuando debemos reaccionar a tiempo y arreglar lo que estropeamos, demostrándoles que las querríamos en nuestro caminar, no por egoísmo, porque las necesitemos, no, sino que las querríamos siempre, porque son esenciales por su simple ser, aunque no fueras guías eso no mermaría su belleza y su importancia. Y entonces, comprendes que esas flechas tienen mucho de mágico, porque a cambio no piden nada, solo les hace felices estar ahí para ti, porque es lo que tienen, su generosidad infinita. Y tú, impotente, solo puedes darle a cambio una mano de pintura si se cuartean, sembrar de flores su alrededor, ser también paño si alguna vez el barro y la lluvia las ensucia un poco, mimarlas, cuidarlas, agradecerles todos los días de tu vida su hermoso existir, y grabar esas flechas en ti, para siempre.

jueves, 7 de octubre de 2010

LOS CAMINOS DEL SILENCIO



Ayer leí Los Caminos del silencio, de Michel Hubaut, editorial PPC. Ha sido una lectura de lo más reconfortante, una de las mejores en mucho tiempo, y más teniendo en cuenta que el día anterior El vencedor está solo de Paulo Coelho, me dejó un poco decepcionada, imagino que éste autor que me entusiasmó con El Alquimista tiene difíl volver a conseguir en mí aquellas sensaciones, pero yo sigo confiando en él, leyendo sus libros, y sus artículos (éstos últimos bastante a la altura de lo que espero de él), quizá algún día recobre el espíritu de ese libro. Pero, como iba diciendo, mi lectura de ayer, fue realmente fascinante, me tocó el corazón, y me llevó a la reflexión. Os dejo algunas notas que tomé del libro, y así quizá os anime a comprarlo.

“El silencio es una necesidad vital, para el hombre, como el aire que respira, como el pan del que se alimenta. Pues no está en juego su propia identidad, sino también la calidad de sus relaciones y el porvenir de toda su vida social”.

Cap 1. ¿Acaso hoy en día se reserva el silencio a los enfermos y a los muertos (en referencia al cartel de y al toque de corneta).

Cap. 2 “Es una necesidad urgente que volamos a encontrar los caminos del silencio. […] Recuperar el sabor de los placeres sencillos. El de caminar al alba por la orilla del mar. Respirar por todos los poros de nuestra piel el aroma de la brisa marina de nuestra tierra natal. Escuchar el rugido de las olas o el chapotear regular del flujo y reflujo del agua, eco de nuestra milenaria historia. Escuchar el silencio de las cumbres nevadas cuya majestuosidad nos habla de la pequeñez del hombre y también de su grandeza pues es causante de su propia insignificancia […].

Pero veremos que ese descanso físico no es sino una etapa. El silencio no es solo una ausencia de ruidos. Debe acompañarse del silencio psicológico para abrir la puerta a otros niveles de silencio, el de la conciencia y el del alma del corazón que escucha al espíritu.”

Cap 3. “La primera etapa del aprendizaje del silencio consiste a menudo en volver a aprender a familiarizarse con esas mil y una pequeñas notas que componen la música del silencio […]. Mira y escucha un árbol, una flor, un guijarro […] el lamento del viento, el crepitar del fuego, el silencio del sol poniente. Y silencio incluso del mar que rige.

Aquel que no sabe escuchar la música de la creación no sabrá escuchar a los demás, y menos aun percibir el silencio de Dios”

Cap 14. “Es ante todo en el nivel del diálogo interior consigo mismo donde el hombre trata de leer y comprender su propia historia, su pasado, su presente y sus proyectos, analizar sus triunfos y sus fracasos, sus sueños y sus decepciones, sus alegrías y sus penas, en resumen unificar su vida a largo plazo, so pena de ser un tapón de corcho que avanza al capricho de las olas del paso del tiempo.”

Cap 15. “Pero el drama del hombre moderno consiste en que, al haber desertado de su ´corazón´ ya ni siquiera sabe que posee una ´vida interior´. Por consiguiente ¡tiene miedo al silencio, que confunde con el vacío!. Guardar silencio es una manera de preparar nuestro ´corazón´ para acoger el deseo del Espíritu en nosotros. La oración cristiana surge ante todo en el silencio, no de una necesidad o de un temor del hombre, sino de una llamada al interior del Espíritu, la oración amiga en la iniciativa de un Dios Amor que desea colmarnos con su presencia”

Cap 28. ORACIÓN PARA OBTENER LA GRACIA DEL SILENCIO

“Señor, concédeme

no el silencio que me hace prisionero de mí mismo,

sino el que me libera y abre en mí espacios nuevos,



no el silencio del cuerpo agotado por los paraísos artificiales,

sino el del alma que respira en el umbral de tu reino,



no el silencio del temor a los demás y al mundo,

sino el que me acerca a todo hombre de la creación,



no el del egoísmo, frío, indiferente y altivo,

sino el que arraiga, fortalece y purifica la ternura del corazón,



no el silencio de la ausencia vacía, del monólogo solitario,

sino el del encuentro, de la intimidad en tu presencia,



no el silencio de la cobardía o la resignación,

sino el que prepara para el combate por la verdad,



no el silencio de los excluidos, de los que no tienen voz,

sino el que alimenta la fuerza de los pueblos que se levantan,



no el silencio del hombre que huye,

sino el del hombre que te busca,



no el silencio del hombre que cavila sin tregua sobre sus fracasos,

sino el que reflexiona para descubrir sus causas,



no el silencio de la noche de la desesperación

sino el que aguarda la luz de la aurora, de la esperanza,



no el silencio del rencor, del odio, de la venganza,

sino el del sosiego y el perdón,



no el silencio del locuaz, lleno de palabras, lleno de sí mismo,

sino el del corazón que escucha el murmullo del Espíritu,



no el silencio del invadido por demasiadas preguntas sin respuesta,

sino el de la maravilla y la adoración,



no el silencio del olvido de la tumba, de la muerte,

sino aquel en el que la materia se recarga de energía del Resucitado,

en espera de una vida nueva en tu luz…”

viernes, 27 de agosto de 2010

ENCONTRARSE ES TODO




Debido al abandono al que me encuentro sometida por parte de mi bibliotecario personal, que en los últimos meses no me ha prestado ninguna lectura, decidí refugiarme en los clásicos, valores seguros en los que imbuirme durante algunas horas, pero he de admitir que no me he sentido cómoda del todo, está bien para ocupar el tiempo, y para que un amante de la escritura aprenda buena técnica, pero tal vez mis elecciones no han sido todo lo acertadas que debieran porque no he sentido ese palpitar del corazón que siempre me provoca un libro entre las manos, no me quejo del tiempo dedicado pues tienen una calidad literaria que las novelas que pretenden tener algo de pseudo-históricas, tipo best-seller no alcanzarán a tener ni en brazos de Morfeo, pero…desobedeciendo el intelecto y la amplia formación técnica que me pueden proporcionar, decidí pedir prestado a la Biblioteca Nacional Encontrarse es todo de José María Arnaiz, un libro que estuve a punto de comprar para mi amigo Rober hace cosa de un año, pero que finalmente rechacé por otro del que un día pondré alguna nota en el blog. Dentro de las lecturas de su campo no es quizá la que más me ha aportado, pero tiene algunas notas interesantes que he decidido compartir con vosotros.

El objetivo principal del ejemplar, como el propio autor establece, consiste en reafirmar el sentido y el valor del encuentro en la existencia humana. “Si queremos una vida personal, familiar, social y cristiana que sea alternativa a la actual, necesitamos colocar en el centro de nuestras opciones la perspectiva del encuentro […] que posee una gran capacidad transformadora; nutre nuestro espíritu. Hace pasar de la tristeza al gozo, de la oscuridad a la luz, de la debilidad a la fuerza, del rechazo a la acogida”.

Pág. 60. “la escucha, tal como la hemos descrito, no es un acto de cortesía, dejar hablar a otro para después decirle que está en lo cierto, o bien equivocado. Escuchar es mucho más que oír; es una actitud, un modo de ser que compromete a toda la persona. Cuando uno se dispone a escuchar, lo hace con todo su ser, con su cuerpo, con su alma y con lo más hondo de su corazón. Escuchar tiene que ver con los sentidos, con la inteligencia, la voluntad, con la disponibilidad para abrirse y dejarse tocar poa la voz del otro. No es pasivo, es el primer paso para el diálogo verdadero y para el encuentro.”

Pág. 62. “El encuentro lleva a la comunión […] de la comunión se pasa al servicio, a la ayuda. Uno se abre a las necesidades de los demás. El servicio nos saca de las propias fronteras; nos lleva a dar de nuestra pobreza”

Pág. 65 y ss. “El encuentro personalizado, fecundo, exigente, dinámico, gozoso, gratuito (pero no por eso deja de ser valioso lo gratuito es especialmente bello. Tiene un encanto particular. Así ocurre con los encuentros que nacen del corazón, del afecto. No brotan de la actividad, de la orden dada o de la obligación impuesta. El éxito no está mal, pero no puede ser objetivo último de nuestros encuentros. Más de una vez he podido experimentar que algunos encuentros tienen algo de milagrosos, pero no podemos olvidar que los milagros solo ocurren a quienes creen en ellos.)”

En el libro nos habla de diferentes encuentros, con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con Dios, del encuentro y desencuentro, del hombre con la mujer, de las culturas, con la madre tierra, de generaciones (éste me resultó llamativo porque lo he vivido, lo vivo en primera persona por amistades que me sacas algunos años, y me resulta enriquecedor realmente). “Cuesta que un joven se encuentre con una persona de edad media y que pueda convivir bien e interaccione adecuadamente. Es otro su lenguaje, las aspiraciones, la distribución del tiempo, el modo de vestir, las canciones, la forma de enfrentarse al trabajo y de situarse frente al dinero, el tiempo, la manera de constituir y vivir la realidad familiar. No es fácil para las personas mayores aceptar el buen consejo de S. Benito << Dios inspira a menudo al más joven lo que es mejor>>. Sin embargo, es mula la riqueza que adquiere un grupo cuando está integrado por personas de generaciones diferentes y que son capaces de llevar adelante y proyecto común. Este compartir es muy exigente al mismo tiempo, muy enriquecedor, pide mucha madurez en los que comienzan a andar por la vida y en los que llevan muchos años; en los cargados de experiencia y fidelidad y en los que acumulan creatividad y novedad.” Nos habla también del encuentro de religiones, entre creyentes y no creyentes, con los pobres, entre laicos y consagrados, intercongregacional, con los pueblos indígenas.

Pág. 145 “El encuentro consigo mismo, con los demás y con Cristo es una forma de vida. Formada en lo que no significa dejar de pertenecer al mundo, en la postmodernidad, o simplemente aislarse de la realidad cultural, social y política en la que estamos ubicados. Todo lo contrario. Hace creíble y significativo nuestro mensaje. Acontece en la interioridad y lleva a la expresión la comunicación y la acción”.

Pág. 147 “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello una orientación decisiva”.

Y es que:

Voy con las riendas tensas

Y refrenando el vuelo,

Porque no es lo que importa

Llegar ponto ni solo,

Sino llegar con todos y a tiempo.

LEÓN FELIPE


martes, 10 de agosto de 2010

¿PUEDE UN CRISTIANO SER EVOLUCIONISTA?




Finalmente me he decantado por hablaros no de mi última lectura, sino de una que tiene ya un tiempo de la editorial PPC, y que me prestó mi “bibliotecario personal”, pero que puede aportar algunas luces sobre cierto controvertido tema que continuamente se nos plantea, y nos planteamos los cristianos. De ella extraje lo que me pareció más importante, y realicé ciertas anotaciones que a continuación os adjunto:

LEANDRO SEQUEIROS: ¿PUEDE UN CRISTIANO SER EVOLUCIONISTA?.
(pp 99 y ss) En las últimas décadas 1980-2008 parece emerger una nueva variante del creacionismo científico, que no niega la evolución pero que ve en ella el plan de un Ser poderoso: es la corriente del diseño inteligente (ID).

(pp.121 y ss).Hay un grupo de defensores del creacionismo que aceptan una cierta cronología que no coincide con la bíblica. En una posición más cercana a los postulados actuales de la ciencia se encuentran los partidarios del llamado “Creacionismo de la Tierra Antigua” (OEC). Se incluyen todos los creacionistas que piensan y defienden con argumentos científicos que el planeta Tierra tiene muchos años, es muy antiguo; pero que es necesario el acto creador de Dios para que hayan ido apareciendo los seres vivos.

Para ellos es fundamental el hecho de que Dios es el creador, pero no insisten tanto en como es la acción de Dios para crear, aunque mantienen Dios es el agente causal directo de los cambios observados.

• Partidarios del creacionismo con huecos

• Defensores del Día de la creación= Era geológica

• Creacionismo progresionista: todas las realidades materiales creadas por Dios, pero gradualmente, según un orden de perfección.

• Creacionismo evolucionista (EC): Dios creador se sirve de la evolución para dar lugar al universo, de acuerdo con un plan prefijado de antemano por su sabiduría infinita.

Tendencias que defienden la evolución biológica. (pp.124- 127)

Evolucionismo teísta (TE): Defienden el hecho físico y biológico de la evolución. Creen que Dios interviene, pero no actúa directamente sino por causas segundas. Dios mantiene las condiciones para que la evolución, como proceso natural sea posible. Mantiene las leyes naturales pero actúan en momentos puntuales como en la aparición del a humanidad o el nacimiento de un nuevo ser humano.

Compatibilidad entre creer en la evolución y creer en Dios. (pp.168-169)

Según Ayala el concepto científico de la evolución biológica no niega la noción metafísica y teológica de creación a partir de la nada y viceversa. La incertidumbre de las teorías de la ciencia no arroja dudas acerca de la evolución, del mismo modo que el hecho de no conocer todos los detalles acerca del universo no nos hace dudar de la existencia de las galaxias. La religión y ciencia no están en oposición, se ocupan de diferentes ámbitos de la realidad. Podrían ser vistas como complementarias. Las preguntas sobre el significado y el propósito del mundo y de la vida humana sobrepasan a la ciencia, la religión las responde.

Conclusión (pp.204-209)

Los partidarios del diseño inteligente no niegan la evolución, pero afirman que la formación de determinadas estructuras complejas no se puede haber producido por acontecimientos casuales, sino que ha requerido intervenciones particulares de Dios en el curso de la evolución y responde a un proyecto inteligente.

La Biblia habla de una dependencia radical de todos los seres con respecto a Dios, y de un diseño, pero no dice como se ha realizado. La observación empírica percibe la armonía del universo, que se basa sobre leyes y propiedades de la materia y remite necesariamente a una causa superior, no como una demostración científica sino sobre la base de un razonamiento riguroso. Negarlo sería una afirmación ideológica y no científica. La ciencia en cuanto tal, con sus métodos, no puede demostrar, pero tampoco excluir, que se haya realizado un diseño superior, sean cuales sean sus causas, pero que en apariencia parecen casuales o reducirlas exclusivamente a causas naturales. Lo que a nosotros nos parece casual debe estar ciertamente pensado y querido en la mente de Dios. El proyecto de Dios sobre la creación puede realizarse a través de las causas segundas con el curso natural de los acontecimientos, sin que haya que pensar en intervenciones milagrosas que orientan en otra dirección. “Dios no hace las cosas sino que trabaja de manera que se hagan” observaba Teilhard Chardin

Por otro lado el elemento espiritual que caracteriza al hombre no puede emerger de las potencialidades de la materia. Maritain observaba que la trascendencia del hombre, debida al alma: Gracias a la intervención final de una elección libre y gratuita operada por Dios creador que trasciende todas las posibilidades de la naturaleza material. La naturaleza tiene la potencialidad de acoger el espíritu según la voluntad de Dios creador, pero no puede producirlo por sí sola.

Para concluir en una visión que va más allá del horizonte empírico, podemos decir que no somos hombres por azar y tampoco por necesidad, y que la aventura humana tiene un sentido y una dirección marcada por un diseño superior.


Publicado por: CRISTINA ISABEL CARRETERO ESTEBAN

domingo, 1 de agosto de 2010

Mi brazo en tu hombro




Hace unos días me llegó al email desde la página de novabella.org, que nunca me cansaré de nombrar por lo valiosa que es, el texto que os adjunto, me pareció hermoso entonces, y hoy me ha vuelto a la mente en el momento justo, y para los que no están en contacto con esa página, me parecía una pena privales de conocerlo.

Esto es lo que dice el crucificado: si te va bien, es que he puesto mi brazo derecho en tu hombro. Pero si te va mal, entonces te rodearé con mi brazo izquierdo y estarás más cerca de mi corazón



de Matilde de Magdeburgo, una de las tres grandes místicas de la abadía cirtesciense de Helfa, evocando el sueño del Crucificado que tuvo San Bernardo.


Publicado por: Cristina Isabel Carretero Esteban.

El Mirador de la Odalisca




La noche de ayer, acudí con un par de amigos a la visita nocturna organizada en la Alcazaba de Almería para los meses de julio y agosto. Hay numerosas web y libros donde encontrar información sobre esta fortaleza que se yergue desafiante y hermosa en la ciudad, por lo que no dedicaré mi entrada a ella, sin embargo si lo haré a una romántica leyenda que todo visitante debería escuchar de boca de un almeriense que le enseñara la construcción. Una historia de la que tampoco es complicado obtener ciertas anotaciones, pero se dificulta un poco más si deseamos algo un poco más extenso. Navegando he encontrado algunos fragmentos muy útiles, en concreto uno que con permiso de quien lo escribiera intentaré adornar un poco más, si mi escaso manejo de una buena retórica me lo permite.

La oscuridad de la noche cae sobre al-Mariyyāt Bayyāna, mientras el cielo se tiñe azul oscuro, profundo, intenso, apenas iluminado por el blanco radiante de la luna llena. La ciudad empieza adormecerse acunada entre el ruido de los grillos y la suave brisa marina que mitiga la calurosa noche de verano. Apenas unas luces de la Almería mora quedan encendidas provocando con sus reflejos juegos de sombras en los muros de Alcazaba. Desde las almenas se aprecia entrecortado el murmullo de las gentes de la Hoya, el rasgado y más profundo cante flamenco que escala piedra a piedra al segundo recinto, donde una sombra taciturna, la sombra del espíritu de un destacado rey taifa el último de la al-Andalus antes del fuerza ascendente del poder almorávide, un Rey Poeta. Se mueve lentamente entre el fluir del agua de la fuente de la alberca y los aromas a flores, y especies, a jazmín, a albahaca, a vainilla, a canela, a menta. Entre las ruinas de lo que un día fue su palacio, mira a la ventana, y su mente viaja al pasado que le tortura y hiere el alma, escuchándose su lamento en la ciudad. Las lágrimas inundan sus ojos y resbalan por sus demacradas mejillas, horadando en recorrido algo más que la piel. Desea huir, mirar al puerto, rememorar el pasado y glorioso esplendor pero una fuerza indescriptible le obliga a mirar a la ventana, le atrae hacia ella, conmocionado, roto en sufrimiento. En sus ojos se lee una historia de amor y dolor cuando su memoria le trae a Galiana, la Odalisca, la favorita de su harem, el brillo de sus ojos del sur que traspasaban la piel y se clavaban en el corazón, el fuego que desprendía, la sensualidad que la envolvía, sus largos cabellos morenos que acariciaba con un peine de plata, no era una noche de pasión en la alcoba del rey lo que hacía arder su sangre, hacerle palpitar su interior, y derramar lágrimas incesantes, sino un corazón consternado por el dolor y henchido por el amor.

La odalisca, sentada en alfeizar de esa misma ventana, suspiraba embriagada del amor de un joven esclavo cristiano, que todas las noches desde su mazmorra celebraba la hermosura de la joven mora iluminada por la una, a la que alguna vez había visto pasar frente a la pequeña ventana por la que vislumbraba un trocito de cielo. Al- Mutasin entristecía, su preferida no compartía el lecho con él desde hacía varias noches, ni las sedas, ni el latir de las cuerdas del laúd, ni los manjares de que disponía la atraía a su lado.

La Odalisca atendía otra llamada, la del cautivo, en cuya melodía la envolvía y cautivaba, y la hacía acudir todas las noches a recostarse abrazada contra su pecho, mientras con romances él le declaraba su amor. Pero como todas las historias de amor, al menos las más bellas, acabó en tragedia. A los oídos del rey llegó en conocimiento que no era el quien despertaba los deseos de su favorita. La odalisca intentó ayudar a su amado escapar anudando sedas que deslizó por la ventana, pero descubierto, el prisionero, antes que soportar un nuevo cautiverio, prefirió arrojarse al vacío, cayendo muerto al barranco, mientras la Odalisca, contemplaba la escena rota y paralizada de dolor, con los ojos clavados en el cuerpo inerte. Lloró desconsoladamente días tras día, desde el ocaso hasta el alba, muriendo de pena.

Cuentan, que desde entonces, las lágrimas de la Odalisca riegan las huertas de Almería.

Publicado por: Cristina Isabel Carretero Esteban

lunes, 19 de julio de 2010

VIOLENCIA DE GÉNERO



El pasado miércoles 14 de julio aparecía en el periódico que le ha correspondido a Almería el indudable honor de ser la provincia andaluza con mayor índice de víctimas por violencia de género, a raíz de lo cual recupero la mayor parte de un artículo que nunca se publicó y que escribí el pasado otoño. No sin antes hacer mención a cierto acontecimiento que me sucedió la semana pasada. La cosa ocurrió como os explico, me encontré con un amigo de la carrera al que felizmente saludé, y me puso al día de su situación laboral actual como abogado. Acababa de ganar un caso del tema que nos atañe, siendo el defensor del agresor, y cuando le pregunté cómo podía irse a dormir por las noches, me dijo "Cristina, en este caso mi cliente tenía justificación, ella se lo merecía". Me quedé impresionada, aturdida y decepcionada a partes iguales, ´pues resulta doloroso como nuevas generaciones que deberían tener cierta conciencia social, se unen al escuadrón de los que justifican la violencia, de los que la amparan en absurdas excusas, pues bajo ningún concepto ésta debe tener cabida, ni con suspuestas razones, ni sin ellas, pero sobre todo me dolió, escuchar esas palabars en alguien en quien creía como persona, en que creía ver valores y moralidad. No tuve opción de hacerle entrar en razón pues me esperaban - aunque por otro lado tampoco creo que hubiera podido-.

¿Acaso tratamos de batir un récord en este país? porque si así, yo me borro, reniego de los ciudadanos de mi España que cada día se tiñe más por el rojo de la sangre.

La LO 1/2004, de 28 de dic. De Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género, introdujo una serie de modificaciones en el Código Penal. Modificó el Art. 148 agravando la pena, el 153 se constituyó como delito especial en el que el sujeto activo y pasivo, deben estar unidos por vínculos que se detallan. Pero, sin duda, la más interesante de las modificaciones fue la introducción del 173.2 y 3, el delito de Violencia doméstica. La reforma del 2004 consolidó la LO11/2003, convirtiendo faltas en un delito de prisión por el hecho de que el sujeto pasivo de las mismas sea una persona en concreto. Entre otros, y respecto a lo que al tema a tratar nos interesa, señala: Si fuese esposa o compañera sentimental entraría en ámbito del tipo agravado del 173.1, y al 173.2 pertenecerían quienes son o hayan sido cónyuges del autor, o estén o hayan estado ligados a él por análoga relación de afectividad.

Conocemos reputados penalistas como Del Moral, que temen efectos indeseables y desmesurados de la respuesta penal, pero ¿cuál debe ser la respuesta, sino todo el peso de la justicia ante delitos injustificables?. Decía Fichte “la ejecución del criminal, no es una pena, sino solo un instrumento de seguridad”. Cada vez que una mujer cae víctima del maltrato, no solo se la lesiona, hiere, mata, sino que se damnifica la estabilidad social. Si se ignora este hecho, se pone cuestión el consenso constitucional, tan delicado y frágil. Siguiendo con Fichte, “quien abandona el contrato ciudadano, en un punto en el que en el contrato se contaba con su prudencia, sea de modo violento o imprevisión, en sentido estricto pierde todos sus derechos como ciudadano y ser humano, y pasa a un estado de ausencia completa de derechos”. De ahí la imposición de la pena y necesidad de su dureza, no solo destinada a sancionar hechos cometidos, sino a asegurar la inexistencia de aberrantes y similares hechos futuros. Se busca la eliminación de un peligro, no exclusivamente intentar infructuosamente la compensación de un daño (pues la pérdida de la vida no puede compensarse).

El terrorismo doméstico es una lacra, un cáncer a estirpar de nuestro alrededor. Las víctimas deben denunciar, la familia apoyar, los medios de comunicación ser responsables, y no sensacionalistas, y la sociedad concienciarse.

Desgraciadamente no solo debería contabilizar los homicidios, pues hay muchas más formas de violencia que se expande como la malaria: agresiones sexuales, maltrato físico y moral, tráfico de mujeres, y prostitución...¿sigo? ¿Qué hacemos para frenarlo? Nuestros legisladores tienen en su mano la batuta que dirige nuestro bienestar, nuestro poder judicial la potestad de consagrarlo, tú y yo el deber de luchar porque así se haga. Deber de cambiar los estereotipos y valores vigentes, educar a nuestro entorno sobre el valor de la mujer, sobre la dignidad y responsabilidad de ser parte de un colectivo, ciudadanos del mundo, con derechos y deberes, respetuosos con quienes nos rodean, ¿te vas a quedar de brazos cruzados?

CRISTINA ISABEL CARRETERO ESTEBAN

lunes, 12 de julio de 2010

FÚTBOL



Llevo todo el día cuestionándome si con esta entrada no alimento precisamente lo que deseo criticar. Me he debatido durante horas entre sentarme delante del ordenador y escribir, o tirarme de cabeza al agua, ahí al menos nadando un rato, me relajo y me aíslo de todo, pero el miedo a encontrarme un octópodo, tal vez el mis mismísimo Paul alemán, me ha quitado la idea de la cabeza, ¡si es que ni en mi mar estoy a salvo!.

He intentado, prometo que lo he intentado con todas mis fuerzas entender el fenómeno que invade estos días el país, no digo el mundo: el futbol, sí, ese deporte nacional que se les inculca a los críos desde que nacen, supongo que lo intención de crear futuros deportistas de élite que jubilen a sus padres con un sueldo estratosférico para el resto de sus días, ese, que ha supuesto miles de rupturas en las relaciones de pareja generación tras generación.

Concretamente, para dar muestras de buena voluntad en esta difícil misión que me había auto impuesto, en la noche de ayer acudí por vez primera en mi vida a visionar ese acontecimiento casi religioso para algunos que supone reunirse en torno a cerveza fría y una pantalla gigante en un bar para ver EL PARTIDO, mejor dicho, partidazo, porque anoche era la final del mundial. Contagiada de ese espíritu, empujada tal vez por compartir una vivencia histórica, por mezclarme de ese halo contagioso de euforia, esperando sentir la emoción desbordada que intuía a mi alrededor, ahí me tenéis enfundada en una camiseta roja por imposición de mi amiga Alicia que ataviada con todo lo que pudo y más, era fiel muestra del espíritu referido, que inclusive careciendo de ceras amarillas, usó pintalabios rojo para colocarse en el rostro” marcas de guerra”, mirando con los ojos como platos ese gran invento que “promueve el diálogo entre las personas”, la televisión, me tragué 120 minutos -más añadidos-, de pasión desmedida por el deporte rey. He de admitir que durante los 60 primeros incluso disfruté, desee los goles, y ni un bostezo hubo, pero transcurrido ese tiempo, solo deseaba que finalizara de una forma u otra esa cruel tortura a la que estaba siendo sometida, solo menguada por la compañía de mis amigos, aunque parecían tener ojos únicamente para la pantalla -todo hay que decirlo-, y por la conciencia de que mi país al que llevo en el alma estaba viviendo un momento inolvidable. Digo más, sufrí con el juego sucio de Holanda, me dolió la patada en el pecho a Xabi Alonso o la entrada a Busquets, me indigné con la permisividad del árbitro, vibré con el tiki taka de la selección, sonreí con las paradas del gran Casillas, ansié el buen juego -y los ojazos- de Llorente, inclusive se me aceleró el pulso con la emoción provocada con el gol de Iniesta, casi me levanto de la silla con el gol, ¡os juro que estuve tentada! a levantar los brazos y gritar, y por supuesto me alegré por la victoria, pero señores míos necesito un kit-kat, no más futbol, lo suplico, lo ruego de todas las formas posibles habidas y por haber. Yo, que lucí orgullosa la bandera de mi país durante mucho tiempo en mi muñeca, yo, que conozco el himno de mi España y que se me ponen la piel de gallina cuando lo escucho, yo, que me lleno de satisfacción cuando oigo “soy español”, yo, que creía que las muestras de patriotismo nunca eran exacerbadas, admito con todo el dolor de mi corazón, que por ahora no quiero ver la rojigualda ni en pintura, que estoy saturada, saturada de banderas, de camisetas rojas, del romántico y valiente beso de Iker a Sara, de cambiar de cadena y encontrar hora tras hora, una tras otra, la gente enloquecida, los goles repetidos, el autobús que si llega, que si no, a la Plaza de Neptuno, la misma imagen área durante nosecuantosmiles de horas, el pulpo adivino, y la madre que los trajo a todos. Que yo entiendo, que la gente quiere ser feliz, y que si ésto les hace feliz, y olvidar las penas por unos instantes bendito sea el futbol, que incluso a mí se me eriza la piel por ver ese entusiasmo que creo que es lo que mueve el mundo, esa pasión, esa garra, esa ilusión, que Zapatero tiene que haberse encomendado a todos los santos que le han hecho el favor de que los españoles olvidemos la crisis unos días, pero por favor, no más, no más…


martes, 6 de julio de 2010

CAMINO DE SANTIAGO



Ayer a las 17:45 mi avión tomaba tierra en Almería. Cuando descendía por la escalerilla del mismo, y el viento africano me golpeaba en la cara bajo un sol abrasador miles de pensamientos me invadían, pero el principal era uno, volvía de hacer el Camino de Santiago, me había empeñado, y había llegado.

Todo nació de una idea, hará cosa de un año, un proyecto más en mi vida, una meta más que cumplir que conseguí por fin materializar. Cuando meses atrás un importante amigo, me preguntaba las razones, sabía que eran muchas, no las tenía claras entonces, ni las tengo del todo ahora, quizá por eso me regaló un libro que me acompañó todo el trayecto Peregrinar por fuera y por dentro. Guía interior para peregrinos y caminantes, de Rodríguez Olaizola. Sí, ya sé que son 150 gramos añadidos de peso a la mochila, pero merecía la pena porque cuando llegaba al albergue cansada de una dura jornada me ayudaba a pensar en esas razones, que en su mayoría guardaré para mí, aunque no me importa compartir algunas de ellas con vosotros, como son los motivos religiosos y espirituales, la cuestión deportiva, la experiencia, el saber que puedo lograr lo que me propongo, el reto, la vivencia de compartirlo con gente a la que quieres, los paisajes, la relación con la naturaleza, el avanzar, el caminar, el olvidar, el ofrecer…

Han pasado 11 días desde que salí de casa, y ha habido tiempo para todo, para disfrutar, para sufrir, para casi llorar, para reír, para el dolor, para el gozo, para pensar, para hacerme preguntas, para tener propósitos, para arrepentirme de empezar a andar, para prometerme volver a hacerlo. Hace 11 días abandoné rutinas, para adentrarme en una experiencia que aun debo rumiar, un decir adiós a algo, para decir hola lo inesperado. He aprendido que se puede vivir con solo un par de mudas de ropa, una para lavar y otra puesta, y las demás sobran, aunque con el paso de los días, ni el jabón les devuelve la olor a limpio, pero eso es bueno, hace que aprecies un poco más la suerte que tenemos todos los días de no tener que prolongar demasiado tiempo esas situaciones a las que otros se enfrentan toda la vida. He aprendido lo bien que sabe la comida cuando te falta energía aunque se haya caído al suelo, o una buena ducha que sirva de calmante en los pies cansados y te reconforte por completo antes de tumbarte en un mullido colchón, quizá porque he sabido lo que es no tener esa agua, o dormir al raso, bajo el frío de la noche y la incertidumbre de la seguridad en medio de una calle. He recordado una y otra vez lo que cuenta, y lo que no, lo que es esencial, y lo prescindible, las personas que me ayudaban a avanzar, las creencias que me ayudaban a continuar, las canciones que me ayudaban a mitigar el dolor y agotamiento subida tras subida, bajada tras bajada por los montes – especialmente los de Arzúa-. He sabido que puedo caminar más de diez kilómetros sin parar para descansar a un ritmo vertiginoso con la esperanza de disfrutar una lata de bebida energética durante 10 minutos para seguir caminando, y que el sol es maravilloso, pero es preferible madrugar para verlo cuanto más tarde mejor cuando eres un peregrino. Decir 28 kilómetros hace dos semanas era una locura, decirlo hoy, es un hecho.

En el Camino como en la vida hay dificultades, como la oscuridad a las 5 de la madrugada por esos bosques y con la única luz de la linterna, como en la vida, la oscuridad de sentirte perdido, y a veces con linternas que no vemos, pero que están ahí. Dificultades como los 2- 3 primeros días de marcha, pero luego el cuerpo se hace al rito, como en la vida, la marcha de empezar nuevas etapas, desconocidas, y a las que tememos, pero que luego se van superando. Y el dolor, el que te sube por los muslos hasta las ingles cada vez que ascienden por la montaña, o el que te supone un suplicio cada vez que las bajas, o las ampollas, que yo no sufrí pero vi, que suponen que maldigas cada paso que das, cada vez que apoyas el talón, y las cervicales que los numerosos kilos de mochila te destrozan, porque TODO PESA, como en la vida pesan las traiciones, las desilusiones, las frustraciones, la incertidumbre, pero como en ella, todo pasa, todo se cura, queda el recuerdo, a veces la marca, esa cicatriz que traspasa el alma y a veces parece que va abrirse la herida, pero no te debe impedir avanzar, porque hay que saber seguir, continuar, pelear… Eso no quita que olvidemos nuestras limitaciones, pero menos aun que no tengamos en cuenta nuestras capacidades.

En el camino, hay tiempo para todo, para uno mismo, y para los otros, para pensar, y para compartir. En ocasiones vas delante, tirando de los tuyos, en otras, son ellos los que tiran de ti. Hay momentos en las que te ves con fuerzas y avanzas, y otros precisamente porque eres fuerte vas despacio para ayudarles a seguir, para dar ánimos, aunque esas paradas, y esperas, esos cambios de ritmo, merman por completo tus fuerzas. Cuando vas solo, reflexionas sobre mil cosas, pero en una de esas reflexiones otro peregrino te grita “buen camino”, y te hace salir de lo absorto en lo que te encontrabas, entonces, quizá, se inicia una conversación que puede durar kilómetros, no le preguntas su nombre ni él a ti, solo compartís la marcha, sin necesitar un hola, a veces ni un adiós, sabes que te los volverás a encontrar, en el albergue, en la siguiente etapa, en el paseo por el pueblo, sabes que compartirás la experiencia del día, que habrá un peregrino que te interrogará por si necesitas ayuda, por si vas bien, y que tú harás lo mismo, porque la sensaciones de la gente, las palabras de ánimo, la relación de afectividad se va forjando día tras día, paso a paso, izquierdo- derecho como diría mi amiga Mares.

En el camino encuentras personas que valen la pena, y hospitaleros que también te hacen el camino más fácil, como Cris de Sarria, del albergue A Pedra, que nada más vernos agotadas por no haber dormido nos ofreció una habitación que solo dejaba para los que iban muy mal, una casita acogedora donde pudimos recuperar fuerzas, su simpatía, su amabilidad, el recomendarnos alojamientos para el resto del camino, su predisposición, no hay nada malo que pueda decir de lo poco que le he conocido, y he de recomendar su albergue porque como he dicho es acogedor, a buen precio, limpio, familiar, con una cantina, me encantó, Cris incluso nos acompañó a hacernos fotos a su kilómetro 112`5, y se ofreció a ayudarnos en cualquier cosa que le necesitáramos durante el trayecto, sin duda éste hombre fue uno de los detalles que el Camino tuvo con nosotros. Y puesta a hablar del albergues, muy bueno el de Arzúa también, el Ultreia que tenía incluso un jardincito para compartir el rato con el resto de peregrinos, de nuevo éste también limpio, y una hospitalera de lo más amable. Buena impresión también del Seminario Menor en Santiago, Manuel el encargado era un tipo peculiar y atento, digamos que era simpático, pero esa simpatía que nace de la autenticidad, no de una búsqueda de ganarse elogios, es más ocultaba toda esa simpatía bajo una aparente formalidad pero que no conseguía engañar, te transmitía una sensación de conocerle de toda la vida, de sentirte a gusto cerca, muy acorde con el albergue, un edificio hermoso realmente, una construcción en piedra, de mediados del siglo pasado, en un perfecto emplazamiento, pues tenía unas vistas increíbles de todo Santiago, y después de varias noches en litera te ofrecía una cama individual y una taquilla para guardar pertenencias, además de un supermercado para realizar la compra del día, y al igual que los otros tres albergues la oportunidad de cocinar. Quizá como único punto negativo la gran distancia hasta los aseos recorriendo hileras de camas hasta llegar, y que se notaba sobre todo en mitad de la noche, cuando la oscuridad, y las ventanas abiertas en el edificio te producían escalofríos.

No puedo escribir sobre el viaje, sin hablar de las comidas, del queso de tetilla, el riquísimo pulpo a la gallega tomado en La Cantina, la tarta de Santiago, la gustosa carne, y las tostas a las que nos invitó mi galleguiña María en un bar de Santiago, no sé si es que el jamón con queso de cabra estaba delicioso o que el tomármelo con ella, a la que hacía tanto que no veía, a la que me costó decir adiós nuevamente, contribuyó a que tenga tan buen recuerdo.

En el camino, también pones en orden a las personas de tu vida, los que cuentan y los que no, la importancia de la familia, el valor de los grandes amigos, los que son solo conocidos, los que no merecen ni que nombres, los que son flecha amarilla, que como el camino te indican la dirección, lo que son la guía y referencia, incluso con todos los importantes se pone a prueba la relación, como se pone a prueba con los que viajas, las tensiones, y el cansancio pueden sacar lo mejor y lo peor de cada uno, enfados, reproches, pero también servicio, compañerismo, gratitud... A lo largo de senderos hay lugar también para conocer personas con las que jamás cruzarás una palabra, como la abuela de la Galicia rural que lava su ropa en la pila, o el abuelo que cuida del ganado para sentirse aun fuertes y útiles, como los niños que te miran intrigados tal vez imaginando si algún día ellos harán lo mismo que tu haces.

Y es que, el camino también es tiempo para el cambio, tiempo para sentir el gozo, al subir al monte del mismo nombre y saber que solo quedan 4 km. hasta Santiago, para marcar un antes y un después, para proponerte mejorar en tu vida, para examinar todo lo aprendido a lo largo de los días, para encontrarte contigo mismo mientras la alegría envuelve el momento allí arriba, para comprenderlo todo en la Comunión, y para materializarlo todo en ese abrazo a Santiago, llega el tiempo para proponerse nuevas metas, para sabernos un poco más sabios, para volver a la rutina, aunque con más experiencia, y para que como aquellos que alagamos el trayecto hasta Finisterre, saber que hasta que no pone kilómetro 0, aun se puede caminar, incluso cuando lo pone, aun se puede caminar, porque la vida es eso camino que nunca acaba, y como la vida, todo sigue después del 0.

Buen camino, peregrinos.


CRISTINA ISABEL CARRETERO ESTEBAN

lunes, 14 de junio de 2010

Geografía "HOY ES HOY"


El sábado 12, pasé un día de esos para recordar, de los míticos, esos que fotografías con tu cámara para no olvidar, pero ¿cómo olvidarlos…?, uno de esos que graban en la retina para siempre, y te hacen despertar con la sonrisa incrustada en tu cara y transmitir felicidad a tu alrededor. Pero no voy a dedicar la entrada a contaros mi jornada, eso es algo que se queda para mí, pero era inevitable comenzar con ella porque fue durante el transcurso de la misma cuando ocurrió la base para la entrada de hoy. Volvía en coche con un amigo de hacer senderismo cuando empezamos a recordar estrofas de canciones, y yo recordé Geografía, de la cual él se quedó con un verso “celebrando con un beso que HOY es HOY”, hasta entonces nunca había apreciado la belleza de esa canción, el contenido tan intenso, de celebrar que Hoy es hoy, porque da igual mañana, y da igual ayer, lo importante, lo que deberíamos valorar es el momento presente, el que vivimos, sin incertidumbres, sin temores, solo viviendo, y eso, es algo que lamentablemente no hacemos, la mayor parte de las veces, no sabemos detener el tiempo y quedarnos únicamente con el hoy. He de admitir para corroborar esto, que hoy me siento feliz, tanto como ayer, aunque mucho menos que el día previo, pero en todos la sensación de miedo, de decir, hoy estoy arriba, y cuando se está arriba solo se puede bajar, es algo que no desaparece, ojalá pudiera sentir y disfrutar la felicidad que tengo últimamente sin preocuparme de cuando acabará, cuando empezará su declive, pero, también he de decir que desde el sábado, el pensamiento de “hoy es hoy” retumba en mi cabeza, y cuando siento que el miedo se va a apoderar de mí, repito esas 3 palabras mentalmente y sigo sonriendo.


CRISTINA ISABEL CARRETERO ESTEBAN

lunes, 3 de mayo de 2010

Estado laico


De acuerdo al Art 16.3 CE “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y demás confesiones”. Es un artículo muy significativo y por encontrarse entre los fundamentales, es de hondo calado, pues exige un arduo proceso para su modificación.

Se desprende de ese artículo que cooperar el Estado con las confesiones no es una opción, sino una obligación. El Estado adquiere el compromiso de colaborar con la Iglesia Católica, en su sostenimiento y respeto de acuerdo al principio de libertad religiosa. Lo que afirma el 16.3 no es la no confesionalidad del estado sino la no estatalidad de las confesiones, un concepto que se presta a ser confundido con facilidad. Nos encontramos un sistema personalista y no paternalista ante lo religioso, el estado laico considera la opción religiosa como parte de la privacidad y libre elección del ciudadano y el Estado se limita a tutelar, velar por el ejercicio de dicha opción. Es Estado es incompetente de acuerdo al principio de laicidad en materia de credo religioso.

Estado laico y Estado laicista son dos fenómenos diversos. La laicidad no significa acabar con cualquier valor religioso y mantener la religión únicamente en el ámbito privado evitando e impidiendo cualquier manifestación externa, pues no es ateísmo o agnosticismo, dichas opciones expresarían un pronunciamiento del Estado de signo negativo. El Estado es lacio cuando examina lo religioso como factor inmerso en la realidad social, siendo susceptible de reconocimiento, garantía y promoción jurídicos. Consiste en que los ciudadanos y el Estado cooperen para que esa libertad religiosa sea posible.

España, se compromete en su Constitución a una actitud activa y positiva estableciendo en su LOLR un régimen jurídico pacticio con las confesiones que hayan alcanzado notorio arraigo en España. Y el notorio arraigo del catolicismo es muy a tener en cuenta, porque su libro en España no es una página de la historia en blanco, aunque los tiempos estén cambiando, y la práctica sea inferior la mayor parte de la sociedad creyente se sigue reflejando en su generalidad entre los católicos. La Iglesia pide:

1. Libertad para obrar en conciencia.
2. Libertad para anunciar la palabra de Dios., educar la fe y celebrar los sacramentos.
3. Libertad de organización interna.
4. Libertad para emitir juicios morales

En cuanto a tomar parte como Iglesia en determinadas posturas sociopolítica, en una sociedad democrática, tengo derecho a disentir de la ley, porque aunque sea Iglesia, no dejo de ser ciudadano, con libertad de pensamiento y opinión, derecho expresarla, y reconozco que cuando la Iglesia habla tiene efectos. La Iglesia además tiene derecho a recordar a los creyentes la importancia de su moral cristiana.

Dijo Bruno Forte “si el Dios de la Iglesia se ha metido completamente dentro de la aventura humana, la Iglesia de Dios no podrá quedar como espectadora de la Historia”.

Los cristianos somos un colectivo más, pero debemos saber hacer bien las cosas, la Iglesia desgraciadamente tiene muy mala imagen, en gran parte por sus detractores que conocen sus puntos débiles y hacen uso de la desunión que existe, y de grandes dosis de maldad, pero, tal vez también, porque en su afán por adoctrinar ésta, a veces se excede, y a la gente no se la engancha con doctrinas, sino con humanidad, tocándoles el corazón, la fibra sensible, mostrándoles lo positivo, y aceptando lo negativo con valentía, y luchando por erradicarlo. Como colectivo que somos debemos mostrar nuestro compromiso y vivencia de la fe en todos los sectores, en todo lo que hacemos, en cada minuto de nuestra vida, y no reducirlo a los rezos en la Iglesia.

En el voluntariado es evidente, debemos mostrar nuestra responsabilidad con lo más desfavorecidos, con los que carecen de nuestros privilegios. En la cultura, porque es la base de una sociedad y si se influye en ella positivamente, con horizontes claros, valores, convicciones fuertes, pueden obtenerse mejoras considerables. Si se omite la presencia de católicos en la cultura ocurre lo que escribió Alexis de Tocqueville:

Al gritar los que negaban el cristianismo y al callar los que aún creían en al, ocurrió lo que después hemos visto tantas veces entre nosotros, y no solo en materia de religión, sino en todas las demás. A los hombres que conservaban la antigua fe les asustó la idea de ser los únicos en permanecer fieles a ella, y temiendo más la soledad que el error, se unieron a la multitud, aun sin pensar como ella. De modo que lo que no era más que el sentimiento de una parte de la nación, pareció ser la opinión de todos, opinión que desde entonces pareció irresistible, incluso para aquellos que le daban esta falsa apariencia.

En cuanto a la intromisión en los medios de comunicación la mayoría de los ciudadanos se alimenta únicamente de la “cultura popular” transmitida sobre todo por los medios de comunicación de masas. Leía hace poco a González – Carvajal, que escribía que la presencia más importante de lo cristiano en los medios no está en programas de carácter religioso, sino en lograr una presencia “natural” de los valores humanos y cristianos en los relatos populares y en las narraciones de los mass media que alimentan los mitos y los valores de la cultura.
Si la cultura es la base del conocimiento y desde se conocimiento se pude influir, la política es sin duda le medio para hacerlo. Comparto la opinión de que el poder corrompe, pero la política es necesaria y es la vía para avanzar, para lograr metas, mejor estar dentro que fuera, solo es esencial que los que se dedican a ella velen siempre por mejorar las cosas y hacerlo con conciencia. Actuamos como somos, somos lo que creemos, no se puede separar lo personal de lo laboral por eso hay que acertar con quienes son las cabezas visibles de una institución como la Iglesia.
CRISTINA ISABEL CARRETERO ESTEBAN

viernes, 30 de abril de 2010

FILIPENSES 2


Ayer asistí impresionada a algo que realmente no tiene nada de especial. Un señor le preguntó a un amigo -que es un cura estupendo-, ¿por qué Dios murió en la cruz?, y en su respuesta dijo que era largo de explicar, pero como no tenía que ver con el tema de que hablábamos lo intento resumir muy muy brevemente, y dijo que no fue para salvarnos de nuestros pecados, eso vino después, sino que porque se fiaba del Padre, se fiaba porque siempre había recibido todo de ÉL, y si ahora tocaba dejarse matar por alguna razón que le costaba entender, por muy difícil de comprender que fuera, se dejaría, y no una muerte normal, sino una muerte cruel e injusta, por ello porque se había bajado, obedecido, porque se había hecho vulnerable a los hombres siendo su condición divina, fue exaltado por Dios, Dios lo puso por encima de todos. Y a continuación y fue esto lo que me impresionó empezó a recitar Filipenses 2, y no fue el que se supiera los versículos de memoria lo que realmente me dejó conmocionada, a pesar de que la biblia es extensa supongo que al igual que yo conozco artículos de leyes es natural que él tenga manejo de su campo, lo que emocionó fue la pasión, la ilusión que ponía en cada palabra, lo que las saboreaba mientras salían de sus labios y las interpretaba con los gestos de sus manos, de se modo cobraban una vitalidad, una fuerza. un sentido nuevo...

Cristo:
6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; 8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10 Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, 11 y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.

Curiosamente desde la página de Novabella, (página muy recomendable a la que estoy suscrita y de la que os dejo un enlace en mi blog), me llegó anoche al correo lo que os adjunto, me hizo relacionar los acontecimientos de la tarde con dicha oración, en ella, se lee una total confianza en Dios, un dejarse hacer por Él, algo parecido a lo que debió sentir Jesús.

Señor, sé que eres mi Padre y esto me basta.
Sé que me amas y esto me alegra.
Sé que lo puedes todo, y esto me llena de seguridad.
Sé que lo sabes todo y te confío mi vida.
No soy digno de amarte, pero tú me amas hasta después de haber pecado.
Yo me olvido de Ti, pero Tú no me olvidas jamás.
Yo te contradigo muchas veces y Tú me amas a pesar de ello.
Cuando me creo solo, Tú piensas en mí, Señor.
Cuando me oprime el desaliento, tu amor me conforta.
Cada minuto de mi vida es un minuto de tu amor.
Mi pasado me agobia, pero Tú me perdonas.
El porvenir me inquieta, pero Tú velas por mí.
No tengo más que el presente para amarte,
y Tú sólo me pides que me deje amar por Ti.
Con este minuto presente puedo reparar todo el pasado.
Este minuto presente encierra para mí todo el porvenir.
Señor, estás en mí para que yo viva y ame por Ti.
Señor, esto me basta.

Anónimo

Publicado por: Cristina Isabel Carretero Esteban