Hace un par de semanas un amigo me invitó a acompañarle al cine a ver Katmandú, pues parece haber captado mi particular gusto por un determinado estilo de películas. Hacía mucho que no iba, y la directora de me resultó de confianza -teniendo en cuenta que hasta hace relativamente poco me era impensable ver una película española-, el tema además resultaba interesante, y es que muy probablemente en otras circunstancias en mi vida, habría salido de mí invitar a alguien con un gusto similar, a que me acompañara a verla.
Ayer, tras visualizar La invención de Hugo (que fervientemente recomiendo), retornó a mi mente un frase de Katmandú, y es que Hugo, hablaba del propósito vital de cada uno, y yo siento que ese propósito estaba íntrínsecamente ligado a mi espejo en el cielo, y de algún modo creo que para todos nosotros sucede algo parecido, y ambos van de la mano.
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