¿De qué sirve ser quienes somos si únicamente se descubre amordazado, escondido, en lo profundo de nuestra mirada?
¿De qué nuestros talentos, si el miedo nos impide hacerlos brotar
estancando las aguas hasta que se pudran?
¿De qué un candil si lo tapamos?
¿De qué el barro del alfarero si no para plasmar belleza?
Que no ha de quedar oculto que no acabe por ser manifiesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario