¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.
La inciativa
de http://www.40ultimos.org/ es una propuesta diferente y con mucho sentido
para vivir la Cuaresma, a la que podéis acceder desde su web. Os dejo un
extracto de la presentación y párrafo que me ha gustado sobremanera del pdf de
hoy.
“Este año
nuestro recorrido será diferente. Volveremos la mirada a nuestra propia vida,
la de los habitantes de los países ricos (a pesar del actual contexto de
crisis, nuestro país, como tal, sigue siendo rico en comparación con los cuarenta últimos). Una mirada que quiere
ir más allá de una mera constatación de las diferencias.”
“Sí, en esta
Cuaresma, volveremos necesariamente la mirada, sobre nosotros mismos, nuestra
forma de comportarnos y las consecuencias que eso tiene para los últimos”
Los cuerpos
se calientan con prendas térmicas mientras las almas agonizan heladas de frío.
Las caricias y abrazos se anuncian en los periódicos.
De sólo mirar hacia delante, y nunca hacía arriba ni hacia abajo, la vida
camina muy rápido precipitándose al vacío. Una civilización que abandona al Sol
es una civilización inSolente.
Cuelgo nuevamente esta entrada a petición de mi amigo Roberto que dice que no se ha reído tanto con ninguna de las de mi blog y que le alegró la tarde. Porque aunque la retiré por ser algo personal, también me hacía ilusión compartirlo con vosotros, porque me resultó algo muy bonito y enternecedor, y que habla del gran corazón de mis chavales, que saben que lo esencial, es invisible a los ojos, y a veces, se convierten en los maestros, y nos ayudan a saber mirarles con ojos nuevos cada día.
Llega un viernes de 2 a 3, tras 4 horas de clase sin
descanso. Conflicto con una niña muy problemática a las 11 en la que te toca
imponer autoridad, preocupación importante que acarreas de la hora anterior por
otra que te ha dejado tocada el resto del día porque lo está pasando mal, te pide
escucha, consejo y logras que una chocolatina le devuelva la sonrisa; y vas a
tu última hora de la mañana, con adolescentes, sabiendo que cuando llegues a casa comerás en 5 minutos porque te esperan dos horas
más de clase con adultos, que ha sido una mañana cargadita, y lo queda...
Y entonces, una niña a la que llevas 5 meses mandándo callar sin resultado,
que te hace tanto luchar por disimular la sonrisa constante, como desquiciarte
hasta el extremo, implorando a Dios que te infunda paciencia, te sorprende con una iniciativa que
secundan sus compañeros con sus firmas, haciendo la gracia de arrodillarse junto
a tu mesa antes de que llegues incluso a sentarte, mientras tararea una
canción, con una flor en la mano, y su compañera de correrías la imita con un
broche de globos de colores. Y, lees la carta entre las risas de disfrute de todos -la tuya la primera-, y
sabes que cada una de las frases es verdad… (salvo las de las preferencias, puesto que
cada uno de ellos tiene un encanto único, y ella es de las que lo tienen).
Y, aunque sospechas que puede haber cierto intento, más que
evidente de manipular tu voluntad, conquistar tu cariño, y ensancharte el ego,
te dejas querer con sinceridad y disfrute, porque necesariamente te tocan el corazón,
y vuelves a casa aún en shock, porque no deja de ser un bonito detalle, que te
saca la sonrisa y hace que quieras a esas pequeñas fieras, que en el fondo por
mayores que a veces pretenden ser, que hacen que te preguntes ¡quién narices te
mando meterte en un trabajo, en el que ganas poco, trabajas mucho, y el índice
de depresión es tan alto! no dejan de ser unos críos que pueden resultar verdaderamente
tiernos, y hay días como hoy, en que ellos mismos tanto desde la que confía en
ti, pasando por la que intentas educar, hasta la que te exaspera pero ve en tus
sermones un cariño detrás, son los que te dan las respuesta. Son muchas las veces, en las que sientes que no haces las cosas del todo bien, y pequeños detalles como éste, te infunden ánimo, te muestran destellos que te invitan a mejorar, en tantísimo que a una novata como yo, le queda por aprender. No lo leerán
nunca, pero desde aquí admito que les quiero, del primero al último, del más
vago, al más trabajador, del risueño, hasta el que creo que no me soporta, les
quiero de verdad, y les digo gracias, porque la esperanza en ellos, hacen que
lo poco que hago valga la pena, y no me refiero a transmitir conocimientos…
PD: En mi defensa diré que la otra, era un alambre con el que estaba jugando, y podía hacer daño a alguien y me dijo que era rosa.
Ixcis acaba de sacar nuevo disco, tan fascinante con los
anteriores, y con la generosidad que les caracteriza dan gratis, lo recibido
gratis. Podéis descargarlo de su web en el siguiente enlace:
Desde aquí gracias Olivia y al resto de componentes
por tantísimos momentos de belleza, verdad y profundidad que logran
estremecernos en vuestras canciones. Gracias por vuestro tiempo regalado.
“Cuando dos se aman, te haces presente, Señor,
en sus entrañas, son signo nuevo de tu palabra”
“Y es que hay veces en que me vuelvo piedra, en
que me tiro al río, en que no soy consciente de que estoy ahogando y luego me
vuelve la cordura, y solo eres culpable de quererme tanto”
“Cuando un abrazo tarda tanto en llegar, cuando
las sendas se vuelven oscuras, cuando los besos pierden su verdad, Tú, solo Tú,
quedas Tú”
“Y aunque crean que estoy loco, y marche a
contracorriente, no me rendiré”
“Luz para mis sombras, luz te pido yo, enciende
mi mirada, con la luz de tu amor, gentes que iluminen, eso pides Tú”
“No, no necesito más, para andar sobre los
mares que un poco de fe”
De nuevo Disney logra sacarme la sonrisa embobada de los tiempos de
infancia, inocente, asombrada, intrigada... Hermoso corto digno de ver, al que
acompañaré las palabras que un amigo me escribió una vez.
“Hasta que uno se decide, le acompaña la duda. Y la
posibilidad de volverse atrás genera en los humanos, inevitablemente, un modo
de actuar ineficaz.
Sobre todos los actos humanos de iniciativa y creación
existe una verdad elemental cuya ignorancia mata innumerables ideas y
espléndidos planes: que cuando uno se compromete definitivamente, la humanidad
se activa. Ayudas que nunca hubieran aparecido antes surgen ante uno. Toda una
corriente de sucesos fluye de la decisión, poniendo a nuestro favor todo tipo de
incidentes, encuentros y ayuda material que nadie hubiera podido pensar que le
llegaran.
Lo que puedes hacer, o sueñas poder hacerlo,
comiénzalo con decisión. Porque la audacia despierta el genio, el poder y la
magia. "
Hace un par de sábados tuve una cita
con la inteligencia emocional, esa asignatura tan olvidada por la población, y y
que todo individuo debería enarbolar para alcanzar las más altas cotas de
eficiencia y motivación sobre cualquier persona a nuestro alrededor, más si
cabe en el caso de los padres y docentes.
Olivia Recondo Pérez, Iñaki Cuevas
Alzuguren y Jon Marcuartu Barquín, fueron los “revisores de niveles” de las
cualidades de los allí asistentes en esta esfera esencial de toda persona. Y es que, como nos contaba Olivia, las
instalaciones no cuentan si nosotros no tenemos la actitud idónea para explotar
nuestras capacidades y las del otro. Nuestra función no debe limitarse al
adoctrinamiento, sino a dar, recibir, acompañar, crear, ser amable, escuchar,
resolver, enseñar –por supuesto que sí-, organizar, gestionar… Y un título
universitario no acredita todo eso. Nos permite optar a un empleo, pero debemos
saber desarrollar con responsabilidad la tarea que se nos encomienda.
La jornada comenzó con la proyección
de un montaje de animación de Ain Karem, que ya ponía de manifiesto lo que
debíamos ser cada día de nuestra vida para los demás. Y es que, en ésta ardua
labor, debemos pararnos y buscar un “Yo” saludable en el entorno. Uno, en el
que tal vez encontraremos situaciones de negatividad alrededor que nos
corresponde cambiar con una sonrisa; al igual que situaciones de positivismo en
el que nuestra apatía pueda entorpecer el desarrollo del grupo. Tenemos el
talento para modificar cualquier coyuntura que impida nuestra evolución
personal y la de los individuos que nos acompañan, y por ello, el deber de
ejercitar dicha aptitud. En nuestra mano está usar la tolerancia, la paciencia,
en ocasiones, restar importancia, o abusar del “ketedén”, una medicación sin
receta y con implacables efectos secundarios.
Mediante la inteligencia emocional
hemos de atender, comprender y regular nuestros estados emocionales. Y eso,
implica “saber mirar a lo que sentimos sin miedo”. Consideramos en nosotros la
tendencia habitual a pasar por el filtro subjetivo todo, porque no existe la
objetividad pura, nuestro estado emocional es el que determina nuestras
reacciones. Si nos ha cogido un atasco, nuestro ánimo será propenso a tomar una
decisión “objetiva” bajo predisposición subjetiva, totalmente diferente de la
que se tendría, si nos hubiésemos
encontrado un billete de 50 euros al salir de casa.
Cuántas veces nuestro corazón nos dice
lo que de verdad queremos hacer, pero nuestra cabeza dice lo contrario, hacemos
caso a la cabeza, y años después nos arrepentimos dolientes por no haber
escuchado a nuestro corazón, pero ya es tarde? Somos así, sabemos lo que
queremos, lo sabemos de verdad, pero no hemos aprendido a escucharnos, no hemos
aprendido a creer en nosotros. Creemos que la felicidad consiste en ser
objetivos, pero descubrimos que no, que consiste en ser subjetivos, porque los
pensamientos cambian, no así las emociones que únicamente las doblegamos,
reprimimos. Y es que, nunca somos realmente objetivos, y quien espera tomar una
decisión con objetividad miente. Por tanto, la realidad, la única, no será la
que creamos tomar con la objetividad de la cabeza, sino que la que nos hará
feliz, es la que en nuestro fuero interno, sabemos, deseamos, queremos, la
puramente subjetiva y emocional.
Olivia, nos comentó igualmente la
importancia que tiene en el crecimiento de nuestros chavales, para permitir su
desarrollo emocional la no represión, ni alentarles a la sublimación de sus
emociones. Y es que, hay que vivir la autenticidad de las mismas. ¿Cuántas
veces vemos a un crío llorando y le decimos, no llores, no te agobies, y en
realidad con eso no hacemos sino bloquear sus emociones? Debemos permitir que
los niños expresen como se encuentran, que reconozcan sus emociones, y las dejen
fluir, pasando por la alegría, el dolor, y la tristeza, comprendiendo el
proceso. De otra forma, el niño reprimirá las emociones sin conocerlas, no
creciendo, no aprendiendo a conocerse, y estallando cuando acumule toda la
tensión.
El fin de la escuela es ser lugar de
aprendizaje, no solo en la materia intelectual, sino también en aprender a
conocerse, en reconocer los propios talentos. Y para ello, el educador debe
vibrar son su labor.
Tras la magnífica y elocuente
exposición de Olivia, Jon e Iñaki trataron en talleres por grupos dinámicas más
personales y participativas dirigidas a explorar nuestro humor, y la
importancia de reírnos de nosotros mismos, y de parar la clase perdiendo tiempo
para ganarlo. El cambio que produce una sonrisa en el otro, o el relieve que
alcanza el que el profesorado se conozca e interactúe entre sí por el bien común.
Iñaki y Jon, demostraron increíbles cualidades el dominio del lenguaje no
verbal, y en el conocimiento del individuo y de la aplicación de la inteligencia
emocional de profunda trascendencia en el desarrollo del trato con el otro. Olivia
por su parte, en su taller posterior, nos ayudó a encontrar nuestro centro,
promoviendo la importancia de la meditación, del encuentro con uno mismo, de la
reflexión para el crecimiento personal.
Desde aquí, agradecer a los tres
ponentes la enriquecedora mañana que me/nos nos regalaron y que finalizaron recomendándonos
un par de libros de los que hago llegar el título.
TAMBLYN, Doni.
Reír y aprender. 95 Técnicas para emplear el humor en la formación. Editorial Desclée de Brouwer.
LOPEZ BENEDÍ, Juan Antonio. Reír
para vivir mejor. Ed.Obelisco.
Nota adicional del 09/02/2013 Gracias Olivia Recondo, ojalá lo hubiera sabido antes, gracias Ixcis.