¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.

viernes, 27 de agosto de 2010

ENCONTRARSE ES TODO




Debido al abandono al que me encuentro sometida por parte de mi bibliotecario personal, que en los últimos meses no me ha prestado ninguna lectura, decidí refugiarme en los clásicos, valores seguros en los que imbuirme durante algunas horas, pero he de admitir que no me he sentido cómoda del todo, está bien para ocupar el tiempo, y para que un amante de la escritura aprenda buena técnica, pero tal vez mis elecciones no han sido todo lo acertadas que debieran porque no he sentido ese palpitar del corazón que siempre me provoca un libro entre las manos, no me quejo del tiempo dedicado pues tienen una calidad literaria que las novelas que pretenden tener algo de pseudo-históricas, tipo best-seller no alcanzarán a tener ni en brazos de Morfeo, pero…desobedeciendo el intelecto y la amplia formación técnica que me pueden proporcionar, decidí pedir prestado a la Biblioteca Nacional Encontrarse es todo de José María Arnaiz, un libro que estuve a punto de comprar para mi amigo Rober hace cosa de un año, pero que finalmente rechacé por otro del que un día pondré alguna nota en el blog. Dentro de las lecturas de su campo no es quizá la que más me ha aportado, pero tiene algunas notas interesantes que he decidido compartir con vosotros.

El objetivo principal del ejemplar, como el propio autor establece, consiste en reafirmar el sentido y el valor del encuentro en la existencia humana. “Si queremos una vida personal, familiar, social y cristiana que sea alternativa a la actual, necesitamos colocar en el centro de nuestras opciones la perspectiva del encuentro […] que posee una gran capacidad transformadora; nutre nuestro espíritu. Hace pasar de la tristeza al gozo, de la oscuridad a la luz, de la debilidad a la fuerza, del rechazo a la acogida”.

Pág. 60. “la escucha, tal como la hemos descrito, no es un acto de cortesía, dejar hablar a otro para después decirle que está en lo cierto, o bien equivocado. Escuchar es mucho más que oír; es una actitud, un modo de ser que compromete a toda la persona. Cuando uno se dispone a escuchar, lo hace con todo su ser, con su cuerpo, con su alma y con lo más hondo de su corazón. Escuchar tiene que ver con los sentidos, con la inteligencia, la voluntad, con la disponibilidad para abrirse y dejarse tocar poa la voz del otro. No es pasivo, es el primer paso para el diálogo verdadero y para el encuentro.”

Pág. 62. “El encuentro lleva a la comunión […] de la comunión se pasa al servicio, a la ayuda. Uno se abre a las necesidades de los demás. El servicio nos saca de las propias fronteras; nos lleva a dar de nuestra pobreza”

Pág. 65 y ss. “El encuentro personalizado, fecundo, exigente, dinámico, gozoso, gratuito (pero no por eso deja de ser valioso lo gratuito es especialmente bello. Tiene un encanto particular. Así ocurre con los encuentros que nacen del corazón, del afecto. No brotan de la actividad, de la orden dada o de la obligación impuesta. El éxito no está mal, pero no puede ser objetivo último de nuestros encuentros. Más de una vez he podido experimentar que algunos encuentros tienen algo de milagrosos, pero no podemos olvidar que los milagros solo ocurren a quienes creen en ellos.)”

En el libro nos habla de diferentes encuentros, con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con Dios, del encuentro y desencuentro, del hombre con la mujer, de las culturas, con la madre tierra, de generaciones (éste me resultó llamativo porque lo he vivido, lo vivo en primera persona por amistades que me sacas algunos años, y me resulta enriquecedor realmente). “Cuesta que un joven se encuentre con una persona de edad media y que pueda convivir bien e interaccione adecuadamente. Es otro su lenguaje, las aspiraciones, la distribución del tiempo, el modo de vestir, las canciones, la forma de enfrentarse al trabajo y de situarse frente al dinero, el tiempo, la manera de constituir y vivir la realidad familiar. No es fácil para las personas mayores aceptar el buen consejo de S. Benito << Dios inspira a menudo al más joven lo que es mejor>>. Sin embargo, es mula la riqueza que adquiere un grupo cuando está integrado por personas de generaciones diferentes y que son capaces de llevar adelante y proyecto común. Este compartir es muy exigente al mismo tiempo, muy enriquecedor, pide mucha madurez en los que comienzan a andar por la vida y en los que llevan muchos años; en los cargados de experiencia y fidelidad y en los que acumulan creatividad y novedad.” Nos habla también del encuentro de religiones, entre creyentes y no creyentes, con los pobres, entre laicos y consagrados, intercongregacional, con los pueblos indígenas.

Pág. 145 “El encuentro consigo mismo, con los demás y con Cristo es una forma de vida. Formada en lo que no significa dejar de pertenecer al mundo, en la postmodernidad, o simplemente aislarse de la realidad cultural, social y política en la que estamos ubicados. Todo lo contrario. Hace creíble y significativo nuestro mensaje. Acontece en la interioridad y lleva a la expresión la comunicación y la acción”.

Pág. 147 “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello una orientación decisiva”.

Y es que:

Voy con las riendas tensas

Y refrenando el vuelo,

Porque no es lo que importa

Llegar ponto ni solo,

Sino llegar con todos y a tiempo.

LEÓN FELIPE


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