¿Son huellas en la arena?, sí, porque como los pies que caminan por ella todo lo que transcurre en nuestra vida se marca en nosotros, a veces la tormenta traerá olas que borren esas pisadas, otras soplará el viento, otras solo serán acaricidas por el mar, hasta formar parte de él. Como esas huellas nuestra existencia es efímera, pero ocupamos un momento en el tiempo, un lugar en la orilla, un instante cargado de belleza.

martes, 20 de abril de 2010

La SATISFACCIÓN de fabricar un INDALO.


Estos días he descubierto que tenemos capacidad para hacer lo que nos propongamos. He fabricado un llavero, y teniendo en cuenta que en mi vida nunca había hecho algo así, me siento muy orgullosa.

Ahí me veis equipada con mi navaja, dándome cortes aquí y allá, con los músculos de las manos doloridos por su uso y por el de la lima, y raposas de lijar, con tensión permanente en el cuello, y todas las vértebras chirriando por la posición al serrar, intentando encontrar la belleza en un trozo de madera…, intentando encontrar su alma. Me he sentido –salvando las distancias-, un poco como Miguel Ángel ante la colosal piedra de mármol de la que obtuvo el David, y la satisfacción que me ha invadido al terminarlo tras muchas horas de dedicación ha sido similar a la que he sentido al entregárselo al nuevo propietario, porque cuando no podía ni cerrar los dedos anquilosados por el esfuerzo, o cuando me desperté ayer maldiciendo la hora de mi ocurrencia, solo el hecho de pensar que podía sacar una sonrisa al entregarlo, que la persona que lo iba a recibir merecía mucho más, y por supuesto menos debilidad por mi parte (soy una tirillas quejicosa), me devolvía la alegría y las ganas, y el interés por esforzarme y hacerlo lo mejor posible, y siendo yo una cabezota de primer grado cuando me propongo algo tan en serio, al final ha dado su fruto, y la gratitud que he recibido de quien ahora es su poseedor ha hecho que valiera la pena toda la dedicación.

Las cosas cuando nacen del cariño se van haciendo poquito a poco con una voluntad y una determinación que el dinero no podría pagar, lo que elaboramos, lo que ejecutamos porque nace de lo más profundo de nosotros llega siempre a buen puerto. Mi llavero no es perfecto, en más de una ocasión me pasé con la sierra, pero a pesar de ello a mi me parece el más bonito del mundo, porque ha nacido de mi esfuerzo, del cariño que puse al hacerlo, y sobre todo por el cariño inmenso que he recibido al darlo, es curioso como dando una pequeña parte de nosotros hacemos felices a otros y acabamos recibiendo siempre, siempre, mucho más.


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!, por tu comentario, y por obligarme con ello, a releer lo escrito y a ver las fotos. Es un muy grato recuerdo.

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